jueves, 25 de septiembre de 2025

Mi experiencia con la alopecia frontal fibrosante: seis meses después del inicio del tratamiento en IMR

Cuando publiqué este post en noviembre de 2024, os contaba con detalle mi diagnóstico de alopecia frontal fibrosante, una enfermedad autoinmune y cicatricial que suele manifestarse con la pérdida progresiva de cabello en la zona de la frente y las sienes. La verdad es que miro atrás y en el último año me ha pasado de todo, pero al final, lo más importante es atajar los problemas y ponerse en las manos adecuadas. Justo antes de acudir a mi próxima revisión, y cuando se cumple un año desde que comencé el tratamiento, quiero compartir cómo ha sido la evolución en estos meses y los avances que he experimentado.

Revisión a los seis meses: cuando el Tricoscan te da buenas noticias

Aunque el año completo de tratamiento se cumple ahora, en marzo tuve una revisión importante, justo seis meses después de iniciar la medicación. Fue un momento clave para comprobar si el tratamiento estaba funcionando, y los resultados fueron muy alentadores.

En IMR utilizan una herramienta avanzada llamada Tricoscan, un sistema digital de diagnóstico capilar que permite analizar con precisión la densidad, calidad del cabello y evolución del tratamiento. En esta visita, además, estaban empleando nuevos marcadores que aumentan aún más la precisión, ayudando a detectar si la enfermedad ha dejado de avanzar.

En mi caso, el resultado fue positivo: no se observó progresión en la línea de implantación ni en las sienes, que son las zonas más afectadas. La doctora Raquel Cabana, que está llevando mi caso con una atención impecable, me indicó que continuara con el mismo tratamiento: dutasterida, el fármaco que me recetaron desde el principio.

Como ya expliqué en el primer post, la alopecia frontal fibrosante es una enfermedad cicatricial, y eso implica que el cabello perdido no vuelve a crecer. Aun así, en estos meses he notado algunos signos esperanzadores: más pelitos en la frente, sin llegar a recuperar densidad, pero sí una mayor presencia de vello que antes no tenía.

La dutasterida, un inhibidor de la enzima 5-alfa reductasa, reduce los niveles de DHT, la hormona relacionada con la caída del cabello. En mujeres, su uso debe estar siempre supervisado por un especialista, y en mi caso la respuesta está siendo positiva.

Dercutane y el tratamiento de la piel

Otra de las características de esta enfermedad son las pequeñas pápulas que aparecen en la zona frontal y temporal, algo que durante mucho tiempo confundí con dermatitis. Fue la doctora Cabana quien me aclaró que se trata de una manifestación habitual de la alopecia frontal fibrosante, y por ello me prescribió Dercutane, un medicamento con isotretinoína en dosis muy bajas.

Aunque no pude acudir a la revisión de verano por motivos médicos, sí que he notado una mejoría en la piel desde que empecé con este tratamiento. La textura ha mejorado visiblemente, y en próximas visitas comentaré con mi doctora la evolución.

Sin embargo, a raíz de la operación que tuve este verano, experimenté una caída capilar más intensa de lo habitual. Me estoy planteando añadir minoxidil al tratamiento, pero es algo que decidiré tras consultarlo en la próxima revisión. Si finalmente lo incorporo, lo contaré en un próximo post, cuando pueda valorar resultados reales y entonces os hablaré más en profundidad de este activo.

IMR, una clínica integral especializada en dermatología

Una de las cosas que más valoro de IMR (Instituto Médico Ricart) es que no es solo una clínica capilar. Se trata de un centro médico especializado en dermatología clínica, medicina estética, cirugía plástica, endocrinología y nutrición, entre otras áreas. Es un enfoque integral que permite tratar no solo los síntomas visibles, sino el conjunto de factores que afectan a la salud de la piel y del cabello.

Puedes encontrar sus clínicas en Madrid, Valencia y otras ciudades, y consultar toda la información sobre sus especialidades en su web. En resumen, seis meses después de comenzar el tratamiento, me siento satisfecha con los avances y con el seguimiento que estoy recibiendo. Esta enfermedad no tiene cura, pero sí es posible estabilizarla y ganar algo de control, lo cual es ya una victoria. Si estás pasando por una situación similar, te animo a leer el post anterior, donde explico en detalle mi diagnóstico y las bases del tratamiento.

Espero que mi experiencia pueda servir de orientación y apoyo para quienes estén enfrentando esta misma enfermedad o tienen dudas de si se podría tratar de alopecia de este u otro tipo.

Foto de Towfiqu barbhuiya.

¡¡FELIZ DÍA!! 

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